01 julio 2007

La buena arquitectura lleva implícito el ser sostenible

extracto de la entrevista a Eduardo Souto de Moura por a. zabalbeascoa
publicada en Babelia el 30/06/2007

R. Es un problema de malos arquitectos. Los malos arquitectos se organizan siempre con temas secundarios. Dicen cosas del tipo: la arquitectura es sociología, es lenguaje, semántica, semiótica. Inventan la arquitectura inteligente -como si el Partenón fuese estúpido- y ahora, lo último es la arquitectura sostenible. Todo eso son complejos de la mala arquitectura. La arquitectura no tiene que ser sostenible. La arquitectura, para ser buena, lleva implícito el ser sostenible. Nunca puede haber una buena arquitectura estúpida. Un edificio en cuyo interior la gente muere de calor, por más elegante que sea será un fracaso. La preocupación por la sostenibilidad delata mediocridad. No se puede aplaudir un edificio porque sea sostenible. Sería como aplaudirlo porque se aguanta.

1 comentario :

Anónimo dijo...

Decir que la buena arquitectura lleva implícito el ser sostenible
es una afirmación bastante arbitraria y facilona y por tanto bastante discutible... y si no que se lo pregunten a la doctora Edith Farnsworth.

La sostenibilidad (han conseguido, mediante la tortura de la repetición que odie el significante, pero no aún su significado) aparte de ser una palabra que llena y rellena la boca de políticos, promotores y en general snobs de todo tipo, debe
ser un parámetro más del que se nutra el buen proyecto. La sostenibilidad en igual grado de importancia que el problema (la oportunidad) estructural, el constructivo, el de instalaciones y el puramente proyectual, debe estar resuelta de manera natural, lo menos artificiosa y forzadamente posible en pro de una arquitectura que aguante
que sea bonita y que funcione (y que sea baratita, que se relacione de manera eficaz... y algunas cosas más) es decir una buena arquitectura... y hasta aquí coincido totalmente con Souto de Moura.

No obstante el tópico (que ya lo es) de que la arquitectura buena lleva implícito el ser sostenible necesita de un análisis más concreto.
Podemos entender el tópico por dos vias.

La primera, seria admitir que es condición necesaria (pero no suficiente, pensemos en la obra de Luís de Garrido) que un edificio sea sostenible para que
sea calificado como buena arquitectura. Esto implica que, por ejemplo, la crítica de arquitectura se podria apoyar, almenos inicialmente, en valores
concretos y exactos alejados de todo subjetivismo, de medición directa (transmisiones térmicas, relaciones hueco-macizo, orientaciones...). Muchas
obras del siglo pasado no resistirian esta primera criba. Una de las primeras en caerse de la lista de la buena arquitectura seria la casa Farnsworth...

La segunda via, consistiria en afirmar que la arquitectura que reconocemos como valiosa es sostenible por acción y efecto de una ley universal que opera en campos diversos y que ejerce unas fuerzas de equilibrio que restituien las deficiencias en unos aspectos merced a lo valioso de otros. Por seguir con
el ejemplo anterior, la casa Farnsworth es una obra de incalculable valor en relación al campo de la estética, ya no sólo de la arquitectura sino que trasciende al mundo de las artes de las ideas y de los conceptos. La calificariamos como una buena arquitectura y que además es sostenible (o almenos no cabe contemplar el parámetro de sostenibilidad)
debido a la potencia y a la rotundidad del componente estético.

La posición más acertada seria una solución de compromiso, que apueste por integrar la sostenibilidad igual que se apuesta por un adecuado detallaje constructivo pero con la suficiente altura de miras para aceptar como buena arquitectura aquellas creaciones que sean valiosas en algún determinado campo aunque fallen
en los otros (ejemplo de andar por casa: para mí un Testarossa es un muy buen coche aunque se que no es sostenible). Es decir de acuerdo con Souto pero con
ese pequeño matiz.

Y bueno... perdonad la parrafada pero esque nunca habia participado en un Blog de arquitectura y tenia mucha tensión acumulada.